El arte como medicina.
El pasado 9 de enero, casi por casualidad me encontré en el Parque del Buen Retiro presenciando un espectáculo organizado por la asociación La Barandilla , una iniciativa creada con el fin de reintegrar personas con discapacidades físicas y/o mentales a la sociedad. Una de las formas en que la asociación buscar librar a la sociedad del estigma de los trastornos mentales es por medio del arte. La noche del 9, la organización con orgullo puso en escena la obra teatral Érase una vez la revolución, de José Manuel Ballesteros Patrón. Una farsa que nos recuerda que no hay mejor ámbito para examinar la “locura” que en la política. Antes de presentar la obra se nos recordó que todos los actores en escena, dirigidos por el actor Javi Martín (quien ha hablado de su trastorno bipolar de forma abierta ), tienen algún tipo de trastorno mental o son neurodivergentes. Tomando esto en cuenta, me ahorro comentarios críticos sobre el performance, no por que no los tenga, sino por que estarían en contr